La inteligencia artificial (IA) no solo está redefiniendo la recopilación de información y la toma de decisiones, sino que está transformando radicalmente la forma en que las empresas operan y compiten. Aunque las tecnologías de vanguardia suponen una inversión, las empresas las consideran cada vez más como una necesidad estratégica y dedican importantes recursos a su adquisición e implementación. La verdadera ventaja competitiva, tanto hoy como en el futuro, no reside en poseer estos avances tecnológicos, sino en la inteligencia y la profundidad con que se aplican.
El sector financiero se encuentra en el epicentro de esta revolución. En todo el panorama financiero, la IA ha asumido un papel protagonista, transformando todo, desde las operaciones administrativas hasta las complejas actividades del mercado de capitales. En este último caso, por ejemplo, los modelos concebidos en la década de 1990 para trazar gráficos y predecir el comportamiento futuro de las acciones, los títulos de deuda y las divisas extranjeras han ganado una solidez sin precedentes. Impulsados por algoritmos de aprendizaje automático y aprendizaje profundo, estos modelos son ahora mucho más receptivos y predictivos, e incorporan un aprendizaje continuo que permite un análisis avanzado de datos en tiempo real, incluido el análisis de opiniones y el uso de datos alternativos.

Finanzas Impulsadas por la IA: Más allá de la Automatización
Una publicación de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) de 2021 ya señalaba la transición de los conjuntos de datos tradicionales al Big Data como base para obtener información sobre los procesos de inversión. Hoy en día, esta base es el punto de partida para que la IA en las finanzas extraiga correlaciones ocultas y pronostique tendencias con una granularidad y velocidad antes inimaginables.
Mientras tanto, en las actividades corporativas, el uso de la IA en las finanzas también ha ganado cada vez más terreno gracias a la hiperautomatización, que va mucho más allá de la simple sustitución de tareas manuales. Además de automatizar las conciliaciones y los cierres contables, la IA en las finanzas ahora procesa facturas, gestiona gastos, audita datos a gran escala y automatiza la generación de informes complejos. Esto no solo reduce los costes operativos, sino que también libera a la plantilla para que se dedique a actividades estratégicas de mayor valor, convirtiendo el tiempo manual en productividad.
En los procesos de planificación financiera operativa, y especialmente en la planificación estratégica, la aplicabilidad de la IA se está integrando directamente en las herramientas de gestión del rendimiento empresarial (EPM). Las empresas están utilizando análisis predictivos avanzados, ciencia de datos y aprendizaje automático para capacitar a los profesionales de las finanzas para que se basen profundamente en los datos. Esto repercute directamente en el negocio, ya que permite descubrir oportunidades que el ojo humano no percibiría e identificar patrones y correlaciones ocultos. La IA también permite simular escenarios complejos y dinámicos en entornos de riesgo. Por ejemplo, después de 2020, se ha convertido en algo habitual incluir en la planificación estratégica la simulación de acontecimientos globales disruptivos, como pandemias o crisis geopolíticas.

Maximice su Rentabilidad con la IA en las Finanzas como Motor de Crecimiento
El aumento de la rentabilidad empresarial, impulsado por la IA, se manifiesta de diversas formas: desde la reducción significativa de los costes administrativos y la rapidez en la obtención de información útil hasta la capacidad de simular y optimizar escenarios de riesgo con una precisión sin precedentes.
Los escenarios, de hecho, son decisivos en esta ecuación. Sin embargo, quiero señalar otra variable de extrema relevancia para lograr los resultados deseados: la experiencia del cliente, cuyo nivel de exigencia crece proporcionalmente con los avances tecnológicos. Un artículo de Harvard Business Review de 2022, escrito por David C. Edelman y Mark Abraham, ya ha abordado la construcción de «mecanismos de experiencia inteligente», destacando la personalización como elemento central de las estrategias corporativas. En este contexto, «la ventaja competitiva se basará en la capacidad de capturar, analizar y utilizar datos personalizados de los clientes a gran escala y en cómo una empresa utiliza la inteligencia artificial para comprender, dar forma, personalizar y optimizar el recorrido del cliente», lo que culmina en la hiperpersonalización de la atención y las ofertas financieras.
Por lo tanto, percibimos la necesidad de una conexión muy bien diseñada entre todos los extremos de este ecosistema digital para alcanzar los objetivos deseados. Esto viene acompañado de la convicción de que el factor diferenciador no reside exactamente en los recursos disponibles, sino en cómo se eligen, se aplican y se adaptan a las particularidades de cada cultura corporativa, cada escenario macroeconómico y los diferentes perfiles de consumidores, siempre basándose en principios de IA responsable y ética.
De hecho, todas estas son piezas que deben encajar para completar el gran rompecabezas de la transformación digital. Ningún componente puede forzarse ni ser incompatible con los demás.

El Futuro Financiero es Hoy: La Brújula en la Era de la IA
Adaptarse a las nuevas realidades no es solo un capricho de quienes quieren crecer vertiginosamente o liderar segmentos de mercado. Hoy en día, estas adaptaciones son más bien una cuestión de supervivencia mínima. En un mundo digital y globalizado en el que las fronteras empresariales prácticamente han desaparecido, es esencial unificar los métodos de análisis y difusión de la información de la empresa, ya sea financiera o no, y en este aspecto, la inteligencia artificial trasciende barreras que antes eran imposibles, facilitando la democratización de los datos y la colaboración entre departamentos.
La información útil en tiempo real, derivada de datos coherentes y obtenidos o constituidos rápidamente, representa una ventaja competitiva inestimable. Las empresas que insisten en el trabajo manual y de bajo valor añadido corren graves riesgos de perder clientes e inversores, poniendo en peligro la perennidad de sus operaciones.
La tecnología está sobre la mesa. Sin embargo, reitero que, para hacer un buen uso de ella, no deben faltar los ingredientes del análisis estratégico. Esto implica mucha planificación, teniendo en cuenta que es necesario armonizar las personas y las herramientas para obtener los mejores beneficios posibles en términos de costes de las inversiones tanto en recursos tecnológicos como en formación y reciclaje del personal. Como señala Kate Kellogg, profesora del MIT Sloan, la IA generativa, por ejemplo, debe introducirse de la manera adecuada para que los profesionales altamente cualificados se sientan involucrados en el proceso, amplificando su productividad y creatividad, y no sustituyéndolos.
Estamos ante conceptos que requieren un aprendizaje continuo. A medida que se superan algunas barreras, surgen nuevos retos y la necesidad de desarrollar más conocimientos y líneas de actuación. Existe, por tanto, una premisa básica y primordial en esta trayectoria: el reconocimiento de que nunca estará completa. Siempre será necesario reinventarse y demostrar agilidad y resiliencia. Se trata, en definitiva, de un cambio de mentalidad, de pensamiento y de cultura, tanto profesional como organizativa.
TEsta disposición y apertura a los cambios constantes no tienen por qué generarse en un software de última generación. El origen de un buen plan puede incluso esbozarse manualmente en una hoja de papel, si dicho plan se ejecuta realmente después. Y ahí sí, emplear estratégicamente los recursos tecnológicos disponibles que nos ofrece la inteligencia artificial.

Transfórmese con Avvale
En Avvale, entendemos que la IA en las finanzas no es solo una tendencia, sino una herramienta esencial para la supervivencia y el crecimiento en el panorama financiero actual. Redefine la toma de decisiones, automatiza procesos complejos y genera conocimientos prácticos que antes eran inimaginables. Creemos que es hora de dejar atrás las tareas manuales de bajo valor y abrazar una era de hiperautomatización y análisis predictivo, consolidando el camino de la Sostenibilidad y la Economía Circular en las empresas y las industrias.
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